lunes, 1 de noviembre de 2010


Pentagramas románticos

31.10.10 - 01:44 -
Aires románticos en el programa -cuarto de su temporada- que la Orquesta Filarmónica de Málaga presentaba anteanoche en el Cervantes con dos grandes obras de repertorio: 'Concierto en si menor' Op. 104 para violonchelo y orquesta de Mahler y 'Sinfonía nº4 en mi bemol mayor' o 'Sinfonía romántica' de Bruckner.
Esa obra de Dvorak compuesta en Norteamérica pero concluida en Praga es expresión de sentimientos a más de flotar en el ambiente un aire nacionalista. Está el romanticismo superando a la forma clásica, las melodías llegan directamente a los oídos, el violonchelo desgrana bellos pasajes y la orquesta suma, ya con fuerza, ya con delicadeza. Una gran intérprete, Tatiana Vassiljeva, con un instrumento Stradivarius, que nos pareció aporta un 'color' especial derivado de su condición barroca. Detallista y no menos apasionada, Tatiana Vassiljeva, mostró asimismo ternura expresiva y tuvo una atenta colaboración en la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) y la precisa concertación de Enrique Diemecke. Resuelta la Orquesta desde la larga introducción, sobresaliente los metales -muy destacadas las trompas- escuchamos una excelente interpretación. A los sostenidos aplausos del auditorio correspondió Vassiljeva con un bis en la línea de los grandes chelistas.
Hace años, no sé si tantos como para decir muchos, empezamos a entusiasmarnos con Mahler, ¿vamos por el mismo camino con Bruckner? Al menos ya no viene siendo extraordinario la monumentalidad de la obra del maestro -Bruckner lo fue de Mahler- tan rico en ideas, que las coge y las suelta, surgen contrapuntos y ritmos, ya no se suscribe lo de la «algarabía monstruosa» del antiwagneriano Hanslick. Sinfonías las de Bruckner siempre sujetas a revisión para disminuir sus duraciones o aplicar otros retoques, pero que en esta 'Sinfonía Romántica' suena en todo su esplendor. Gran mundo sonoro, también por wagneriano, pero lleno de contrastes, formalista y romántico convencido.
Diemecke sorprendió -digámoslo- con una espléndida traducción de esta 'Sinfonía nº 4' ante una gran orquesta transfigurada, extraordinaria de motivación que dio perfecta respuesta al ímpetu, vigor y sentido comunicativo del director mexicano, quien tuvo una cuerda sensible comandada por Andrea Sestakova, con vientos y percusión bien conjuntados. Larguísimas muestras de complacencia en honor del director y profesores de la Orquesta Filarmónica de Málaga, con saludos de cada uno de los grupos instrumentales, pusieron final al brillantísimo concierto.

El oráculo de Brahms

JOSÉ MANUEL CABRA APALATEGUI | ACTUALIZADO 31.10.2010 - 05:00"...Dvorak y Bruckner, protagonistas del cuarto concierto de abono que, bajo la batuta del director mexicano Enrique Diemecke, ofreció la Orquesta Filarmónica de Málaga el pasado viernes y en el que la renombrada Tatiana Vassilijeva, con un Stradivarius de 1725, ofició como solista en el Concierto para violonchelo y orquesta del músico bohemio. La violonchelista rusa y la orquesta ofrecieron una interpretación decidida y sensible, llena de claridad, de esta pieza transida de nostalgia que muestra el excepcional talento de Dvorak para escribir melodías inolvidables. El Bruckner de Diemecke fue definitivamente sorprendente; ágil y vigoroso a la vez; como un velocista alto y corpulento. Una Sinfonía Romántica (versión Novak) adaptada a nuestro mundo, a nuestros modos impacientes, que necesariamente va ligera de equipaje. Sin llegar a desnaturalizarla, la interpretación de Diemecke la despoja de gran parte del sentido espiritual, casi místico, que alcanza en lecturas más pausadas; quizás de otro tiempo, pero irrenunciables. Resultó un discurso coherente, brillante e impecablemente ejecutado… sólo que no todos teníamos prisa por ir a cenar."