sábado, 28 de agosto de 2010


MAHLER POR LA ORQUESTA FILARMONICA DE BUENOS AIRES, EN EL COLON
Una velada ejemplar

Sinfonía N° 3, en Re menor, de Gustav Mahler. Octavo concierto de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, dirigida por Enrique Arturo Diemecke, Con el Coral Femenino de San justo (Roberto Saccente), el Coro de Niños del Teatro Colón (César Bustamente) y la solista Graciela Alperyn. Teatro Colón (Libertad 621), jueves 12.
Con una concurrencia numerosa, el octavo concierto de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires resultó sin duda una velada ejemplarizadora. Porque una sinfonía tan compleja como la tercera que compuso Gustav Mahler (1860-1911), el admirable compositor a quien se tributan muchos homenajes en su sesquicentenario, encierra y requiere, muchos factores concurrentes.
En esencia, la Sinfonía N4 3 en Re menor guarda heterogeneidad, una fuerte propensión metafísica, con una duracióti de más de hora y media en sus seis movimientos, incorporando un coro femenino, otro de niños y una solista vocal.
En ese contexto, se logró en la ejecución de Enrique Arturo Diemecke un resultado realmente lucido.
Desde el primer movimiento, donde destacan los vientos que allí toman amplia participación como también la percusión, se advirtió una sólida preparación, favorecida por la nueva cámara acústica estrenada en la ocasión y construida en el propio teatro.
EL DIRECTOR La labor del director mexicano y la respuesta de las cuerdas en el admirable 'Adagio' que cierra la partitura adquirió un fraseo, diríamos ejemplarmente mahleriano, escandido y sutil, en una de las páginas mejor construidas por el compositor, que provocó la esperada explosión y reacción del público.
En la intencionalidad poemática dada por textos de Friedrich Nietzsche y del 'Des Knaben Wundenhorn', cabe también ponderar la participación del Coral Femenino de San Justo, con unas cincuenta voces, fundado y dirigido por el maestro Roberto Saccente y del Coro de Niños del Colón preparado por César Bustamente. que se ubicó en un palco 'avant-scéne'.
La participación solista de la mezzosoprano compatriota Graciela Alperyn, de conocida carrera internacional, mostró un cabal dominio de la parte y acentos expresivos adecuados. En suma, con cámara acústica de estreno, permisiva de una mejor proyección sonora, el concierto constituyó un noble homenaje a Mahier a través de la tercera de su decena de obras sinfónicas ∎

Néstor Echevarría


No hay comentarios: